8.4.18

El día como excusa

(21-V-1997) En realidad, el día es una excusa para escribir el diario; y puede que la vida entera no sea más que una excusa para escribir en general. La vida va por un lado y la escritura por otro: se reflejan, pero lo más íntimo de cada una es lo que queda en el otro lado del espejo. La escritura crea otro mundo, otra vida. El día escrito es un día nuevo. Y ese día nuevo y extraño será lo único que quede (el tiempo que quede). El otro se mantendrá por los siglos tan secreto como en el momento de pasar. (La escritura no daña la vida porque sencillamente no la alcanza.)

El día como excusa. No lo vivimos, sino que pasamos por él. Esta mañana, repasando mis anotaciones de hace unos años, he revivido aquellos días como no los viví entonces. El diario a lo mejor crea la ficción de vida que a la propia vida le falta. Lo que escribimos no es lo que hemos vivido, sino lo que habremos de vivir al releerlo. Tenemos que inventarnos nuestra propia vida, porque la vida pasa sin nosotros.