28.11.13

El error de Rivera, el problema de Díez

Mientras UPyD y Ciutadans siguen subiendo en las encuestas, su situación se ha vuelto complicada. Cada uno tiene un problema y es el otro: se estorban mutuamente. Aspiran al mismo electorado, y si hasta ahora han crecido los dos ha sido porque en la práctica había un reparto del territorio: Cataluña para C's y el resto de España para UPyD. El salto a la política nacional de C's, como Movimiento Ciudadano, altera esta coexistencia. Las paralelas se tocan, y el roce solo puede tener tres resultados: el pacto, la victoria aplastante de uno sobre otro, o la derrota de ambos. Yo creo que, si no pactan, se producirá esto último. Se dividirá drásticamente el voto y la fuerza se malgastará.

Hay una cosa fea en cada uno. En UPyD su empecinamiento en rechazar el pacto, incluso destempladamente, como viene haciendo el diputado Martínez Gorriarán. Y en C's la agresividad con que lo está proponiendo. En la presentación del pasado sábado de Movimiento Ciudadano en Barcelona, Arcadi Espada lanzó una auténtica OPA hostil; hostil por la conminación, aunque fuese disfrazada de amistosa (y fuese realmente, en el fondo, amistosa). Lo que sostiene Espada lo suscribo al completo. Pero me rechina el lugar en que se dice. Esa reflexión en favor del pacto, lanzada de un partido a otro como una pedrada, va en la práctica contra el pacto.

En C's hay además algo raro: una especie de adanismo que lleva a la impresión de que las cosas empiezan desde cero. Me extraña que Movimiento Ciudadano se presente como una cosa absolutamente nueva, cuando Ciutadans tuvo al principio extensiones por toda España. Con el nombre de Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía llegó a concurrir a las elecciones generales de 2008. Su fracaso entonces, que fue lo que le dio aliento al otro partido nuevo, UPyD, se debió al error de Albert Rivera de haberse centrado en Cataluña cuando aún no tenía competencia en el resto de España; junto con turbiedades que desactivaron en parte el impulso inicial. Esto posibilitó que UPyD ocupara electoralmente el espacio descuidado. Algo que reforzó en las elecciones europeas de 2009, con el nuevo error que cometió C's con sus asociaciones dudosas. Supongo que el adanismo es un recurso para olvidar estos tropiezos; pero implica una falta de respeto justo a los ciudadanos.

Sea como fuere, Rivera rectificó y se ha asentado como dirigente político. Y hoy su jugada pone en un brete, lo quiera o no, al partido de Rosa Díez. UPyD, en efecto, tiene un problema. Y aunque es inexorable como una bomba de relojería, hasta ahora UPyD, en vez de afrontarlo, se ha dedicado a ignorarlo o a refunfuñar. Lo malo es que C's, con su presión un tanto imperialista, no está contribuyendo a aliviarlo. Tal y como está planteando las cosas, solo podría lograrse algo exótico, imposible: un pacto con vencedores y vencidos.

[Publicado en Zoom News]